Discos duros de estado sólido
Los precios de los discos duros de estado solido (Solid State Drive, SSD) han mejorado desde el pasado año. Sin embargo todavía siguen siendo muy altos y están fuera del alcance de la mayoría de los usuarios. La novedad radica en que ya se fabrican unidades de igual capacidad que los actuales discos duros "mecánicos".
Existen unidades de 32 GB, 64 GB, 250 GB, 500 GB y 1000 GB (Gyga Bytes). Un SSD de esta última capacidad puede costar más de lo que cuesta un PC de nueva generación. Este hecho hace que el único inconveniente en estos momentos para su introducción en el mercado como producto de gran público resida sólo en el precio. Hay que recordar que las unidades de mayor capacidad no superaban hasta hace pocos meses 1 GB.
Los hay para diferentes tipos de buses: IDE, SATA y PCIe. Un SSD conectado a una ranura PCIe puede llegar a alcanzar una velocidad de acceso de lectura de 500 MBs (Mega Bytes por segundo) y 480 MBs de escritura. Lo que significa que un archivo de 700 MB se copiaría aproximadamente en 2 segundos.
Las ventajas de los SSD con respecto a los discos estándar (Hard Disk Drive, HDD) son muchas. Incluso la poca fiabilidad y el bajo MTBF (tiempo antes de fallar, referido a horas de uso), que alegaban los detractores, en estos momentos supera a los HDD.
Rapidez, menor consumo, funcionamiento silencioso al carecer de partes móviles, baja temperatura y peso inferior, son las principales ventajas de los discos SSD. Además no es necesario desfragmentar la unidad al carecer del típico acceso por sectores y cluster, con pistas de diferente tamaño, como en el caso de los discos duros convencionales mecánicos. La constante fragmentación y la consiguiente desfragmentación de los datos reduce la vida útil de los discos.
Los primeros equipos en incorporar los SSD serán los portátiles, Notebook y todos aquelllos dispositivos en los que se tiene especial interés en reducir el consumo de energía. Con lo que aumentará la duración de sus baterías a la vez que se obtiene una reducción de peso.
Lo dicho, el único impedimento para la comercialización está en manos de los fabricantes.
El que quiera un SSD debe ser paciente. No tardará en bajar a un precio razonable.