Embalaje biodegradable para componentes electrónicos
Los componentes electrónicos son muy sensibles a las descargas electrostáticas. Tanto es así que una incorrecta manipulación podría destruirlos antes de su utilización.
Para protegerlos los fabricantes suministran sus productos en bolsas de polietileno. Este material lleva empleándose durante décadas y su composición química es dañina para el medio ambiente.
Conscientes de ello algunas empresas empiezan a preocuparse por reducir estos efectos negativos de la industria electrónica.
Es el caso de Farnell, en colaboración con la empresa Antistat ha desarrollado un embalaje para componentes eléctricos y electrónicos totalmente degradable lo que supone una innovación para la industria electrónica.
- Este embalaje ecológico ofrece el mismo nivel de protección que las bolsas anti-estáticas convencionales. El alcohol de polivinilo, con el que están hechas las bolsas, contiene propiedades inherentes para disipar la estática y no se ve afectado por la temperatura o la humedad.
- No genera residuos peligrosos. Tanto la bolsa como la tinta utilizada para imprimir la etiqueta son solubles en agua lo cual no supone peligro para los peces en caso de verse afectados.
- Las partes metáticas de los componentes electrónicos alojados en las bolsas no sufre oxidación o corrosión.
- Se puede recuperar en plantas de compostaje industrial para su reutilización o disolverse definitivamente en agua caliente.
El embalaje biodegradable ha sido premiado como Producto/Servicio Ecológico del Año en los premios que se celebran para el medioambiente y energía en Reino Unido, Sustainability Live.